viernes, 29 de junio de 2007

Powerwolf - Lupus Dei

Este es uno de los discos que más fascinado me tiene últimamente. Además, cuanto más lo escucho, más me gusta.

Powerwolf - Lupus Dei



Descubrí a esta banda cuando vinieron hace unos años de teloneros de Gamma Ray. Desde entonces les sigo la pista. Meten en una coctelera heavy metal clásico con el power metal de unos Helloween y lo aderezan con elementos oscuros y tétricos, servido con una puesta en escena cuanto menos divertida.

Destaca la voz de su cantante, el húngaro Attila Dorn, que llena los temas con potencia y personalidad. Además, se aleja de los registros agudos "rompecristales" a los que tanta rabia les estoy cogiendo. Sin embargo, para mi su mejor baza son los estribillos y las melodías coreables que componen. A la segunda escucha te encontrarás cantando al son de "Vampires don't die" o "We take it from the living"

Como ya dije antes, es uno de los discos que más suena en mi reproductor. Dale una escucha a este Lupus Dei y quedarás cautivado por el poder de estos Lobos. Igualmente recomendado para powermetaleros recalcitrantes y heavys de la vieja escuela.

En palabras de los propios Powerwolf: Vive le vrai metal!

martes, 26 de junio de 2007

Tomo posesión de este tinglao

Dejamos atrás nuestro brevísimo paso por Wordpress y nos acomodamos aquí. Podéis poner los pies sobre la mesa.

Ya que estamos, para los que lleguen aquí de nuevas, repito lo que dije en el otro blog:

Mi intención aquí es hacer un blog más “serio” (dentro de lo que cabe, que aquí nos conocemos todos) que mi otro rinconcillo en la web, Locutor del metal. Aquí, mi principal intención es hablar de mi pasión: la música. Espero compartir contigo -al menos mientras me dure la ilusión- discos que me sorprenden, clásicos que redescubro, conciertos que me ilusionan o decepcionan, noticias que considere interesantes o curiosas y cierta dosis de autobombo -al fin y al cabo ¿no están para eso los blogs?

Edito esta entrada para añadir algo más sobre mí:

Como periodista, colaboro con la revista Rock Star, publicando principalmente reseñas de discos, crónicas de conciertos y entrevistas. Antes he colaborado con el webzine Metalforever y en diferentes fanzines (esas cosas que se hacían con fotocopias en los años de la picor) alicantinos. También he currado en alguna que otra revista y periódico de prensa "seria".

Además, desde el año 2005 soy locutor en Rockservatorio FM, la primera (y única, por el momento) radio de España que emite 24 horas de rock en FM. Actualmente, se me puede escuchar los viernes de 4 a 7 de la tarde

Como DJ, pincho regularmente en el TNT (Argüelles) y en el Centro Rock (antiguo Area Rock). Colaboro de vez en cuando en La Urbe del Kas y en el Talismán de Argüelles. Además he pinchado ocasionalmente en bares y discotecas como Excalibur Metal, Pirata's, Star, Carátulas y en la sala Film Factory durante su brevísima etapa de sala metalera.

En mi tiempo libre lucho contra mi torpeza intentando tocar el bajo, hago un poco de ruido con mi grupo (Club Sussy) y suelto chorradas en este blog, o en su hermano, Locutor del Metal.





Y mi color preferido es el negro

Pues que sepas que yo a la Expo, no vengo

Esa es la frase que le soltó un figura a un guardia civil cuando apenas llevábamos un par de horas esperando uno de los autobuses que llevaban desde el Monsters Of Rock de Zaragoza a la Ciudad Maña. Y es que parece que la imprevisión ha gobernado muchísimos aspectos del que ahora mismo es “el festival heavy más grande de España”, según, entre otros, los prestigiosísimos noticiarios de Antena 3. Al menos, esa es la impresión que me llevo: que el festival se ha visto desbordado. En muchos aspectos se han limitado a repetir las infraestructuras del año pasado, en el que el festival sólo duró un día y tuvo una afluencia de público mucho menor. Así, el descampado habilitado como zona de acampada estaba abarrotadísima y tuviera que habilitar espacio adicional cerca de los descampados habilitados para aparcamiento. Nosotros sufrimos en nuestro propio pellejo otra imprevisión: la de los autobuses. El recinto del festival está a una buena distancia de Zaragoza y en principio, el Ayuntamiento había anunciado un servicio ininterrumpido de buses entre el Monsters Of Rock y el casco urbano. El problema fue que la frecuencia (uno cada 45/60 minutos) era insuficiente para poder atender a los miles de personas (y no exagero) que esperaban un bus que les acercase a sus casas u hoteles. Cuatro horas estuvimos sufriendo el frío que pelaba esperando a coger nuestro bus. Mientras la Guardia Civil intentaba poner orden en la cola, los responsables del transporte decidieron desviar autobuses de línea cuyos conductores tampoco tenían muy claro qué hacer ni dónde descargar el ganao. Por lo que parece, el segundo día la cosa anduvo mejor organizada, pero nosotros ya optamos por presionar a los conductores de la expedición para que llevasen sus coches (Punkö: ¡ídolo!, ¡guapetón!, ¡salao! =) ) Por otro lado, también parece que el primer día hubo un amotinamiento bastante serio con el cambio de entradas por pulseritas. Vamos, lo de siempre. Ah, y antes del concierto de Motörhead, el último, ya se había acabado la cocacola, el whisky… Pero no todo fue malo. El sonido por ejemplo, fue bastante correcto, los precios eran relativamente populares (2 euros la caña, 6 euros el mini de cerveza, 15 euros el mini de cubatazo), la zona de acampada tenía su propia barra, con precios aún más económicos, la gente seguía disfrutando con el “tunel de lavado heavy”, como el año pasado… Pero aún así, hay mucho que aprender del extranjero. No podía evitar comparar con el Sweden Rock y deprimirme un poquito. A ver si este Monster of Rock llega ya a su tercera edición y no muere después de un segundo intento como pasó con Metalmania o con Metalway.

En lo musical, cometimos el imperdonable error de perdernos a Megadeth, porque nos dijeron que fue un conciertazo. Pero es que nadie nos había advertido de que Zaragoza puede ser una ciudad tan caótica como Madrid. O al menos, con tantas obras. Blind Guardian dieron un concierto bastante divertido aunque siguen siendo sosos como ellos solos. Echamos de menos el espectacular despliegue escénico de Motörhead, aunque Lemmy sigue siendo una fiera de escenario arropada por un grupo compacto y potente. Dream Theater me aburrieron al quinto tema y Slayer, al tercero. Recordaba a la banda de Kerry King con un sonido más espectacular cuando les vi en aquel primer Metalway (5 años hace ya, ¡cómo pasa el tiempo!), se ve que ya no me impresiono con tanta facilidad. Pero vamos, que fuimos a lo que fuimos, que era a que el “fucking prince of darkness” nos dijese que nos quería a todos. Sólo Ozzy es capaz de empezar un concierto coreando el “oe, oe, oe, oe, oee” después de crear ambiente con el “Carmina Burana”. Eché de menos muchos clásicos (¿¿dónde está ese “Crazy Train”??) pero aún así, fue un show divertido. Otra cosa más que puedo tachar de mi Lista de Cosas Que Hacer Antes de Morirme (LCQHAM).

Metal Health

Acabo de leer (via meneame) que un sueco ha conseguido un subsidio y condiciones laborales flexibles gracias a a su pasión por el heavy metal. Y no es que los jueces ni los sindicatos sean unos ‘metalheads’ recalcitrantes, sino que han aceptado que esa afición extrema por el metal se puede equiparar a una enfermedad o una invalidez. Traduzco la noticia publicada en la web sueca TheLocal.se:

Un fan sueco del heav metal ha conseguido que sus preferencias musicales se clasifiquen como una invalidez. Los resultados de las pruebas psicológicas permiten que este heavy reciba una serie de ayudas estatales.

Roger Tullgren, de 42 años y procedente de Hässleholm, en el sur de Suecia, ha empezado a trabajar a tiempo parcial lavando platos en un restaurante.

Dado que el heavy metal domina tantas facetas de su vida, el Servicio de Empleo ha accedido a pagar una parte del sueldo de Tullgren. Por otro lado, su nuevo jefe le permite poner música a un volumen elevado en su puesto laboral. “Llevo diez años intentanto que reconozcan mi afición al heavy como una discapacidad”, ha declarado Tullgren a The Local. “He hablado con tres psicólogos y finalmente han acortado que hay que evitar que se me descrimine por mi amor a la música”.

Roger Tullgren arrancó su interés por el heavy metal cuando su hermano mayor llevó a casa un disco de Black Sabbath en 1971. Desde entonces, poco más le ha importado a este sueco de 42 años, que lleva pelo largo, una colección de tatuajes y joyería de calaveras y huesos cruzados.

El maduro rockero asegura que ha asistido a casi trescientos conciertos el año pasado, a menudo faltando al trabajo para ello. De hecho, su último jefe le despidió por su absentismo laboral y Tullgren quedó en el paro, dependiendo de las ayudas sociales.

Pero sus sesiones con los psicólogos condujeron a una solución: Tullgren firmó un documento que atestiguaba que si estilo de vida ligado al heavy metal es una incapacidad y que le autoriza a recibir una paga adicional de la oficina de empleo.

“Firmé un documento que decía: ‘Roger se siente impulsado a mostrar su estilo heavy metal. Esto dificulta su situación en el mercado laboral. Por lo tanto, necesita ayuda financiera adicional’. Así que ahora puedo ir a una entrevista de trabajo vestido como voy habitualmente y darle ese papel al entrevistador”, afirmó.

El encargado de su nuevo puesto de trabajo le permite ir a conciertos siempre que después recupere las horas perdidas. También le permite vestir como le gusta y escuchar heavy metal mientras lava los platos. “Pero no demasiado alto cuando hay clientes”, confesó.

The Local ha hablado con un psicólogo ocupacional en Estocolmo, quien ha reconocido sentirse desconcertado por esta decisión: “Creo que es extremadamente extraño. A menos que exista un diagnóstico subyacente es absolutamente increíble que la oficina de empleo vaya a pagar ese subsidio. Si alguien tiene ludopatía, no le envíamos directamente a un casino. Tratamos de curar la adicción, no de reforzarla”, declaró.

Henrietta Stein, coordinadora de empleo de la región de Skane, también se encuentra confundida por esta decisión. Según ella “un interés musical” no suele bastar para conceder subsidios. “Algunos casos son confidenciales, pero en general siempre existe una razón médica bien documentada”, añadió.

Tullgren actualmente toca el bajo y la guitarra en dos bandas de rock y mantiene que consigue muchas reacciones positivas al atreverse a ser él mismo. “Podrán decir que debería crecer y escuchar otros tipos de música, pero no puedo. El heavy metal es mi estilo de vida”, argumentó.

Roger Tullgren: eres mi ídolo. ¡Y es que estos escandinavos nos llevan siglos de ventaja!

Aquí, el amigo Tullgren