jueves, 3 de abril de 2008

¡Mata demonios con Dio!

Como ya sabéis, mañana celebramos la fiesta Ozzy vs Dio en el TNT. De una vez por todas decidiremos quién mola más, si el Madman, o el enanito matadragones. Lo dije por lo bajini, pero hoy lo digo bien alto: Dio mola más. Y no porque haya envejecido con mucha más dignidad, no por ser uno de los mejores cantantes de la historia del heavy, no por la épica de sus letras, no. Eso no hace falta ni mencionarlo.

Dio mola más porque ha protagonizado un videojuego, y Ozzy no. Bueno, al menos no lo ha hecho todavía. A ver cuanto le falta a Sharon para que autorice un clon de los Sims basado en los Osbourne.

Y no, no me lo invento. Lo del videojuego de Dio, lo de Sharon, sí.

Montemos en el De Lorean del Dr. Brown y viajemos hasta 1989, año en que la NES reinaba por doquier en el mundo del entretenimiento doméstico. En ese año la compañía Irem lanza un de nombre familiar para los amantes del rock: Holy Diver.



Se editó sólo en Japón y era un juego de plataformas muy similar al Castlevania de la época. Según parece, el argumento del juego consistía en un guerrero "sagrado" (de ahí la parte "Holy") que tenía que descender (y de ahí la parte "Diver") al infierno para evitar el triunfo de Satán en el año 666. Para que luego digan que los jevis somos satánicos...

Me hace gracia ver cómo con los 8 bits de la época intentan que el personaje protagonista recuerdo a nuestro vocalista italioamericano de verticalidad reducida preferida. Lleva un atuendo muy parecido al de Dio en el videoclip de Holy Diver, y además cuando dispara sus bolas de fuego o lo que fuese, parece que esté haciendo su característica señal de los cuernos.


"I'll give you my hand, and for you, here's my hand!, together we'll fly, together we'll fly..."
(Cubata gratis para el primero que identifique esta friki-referencia del pie de foto)


Y no, la banda sonora no está licenciada. Quiero decir, no esperes escuchar versiones midi de "Holy Diver", "Don't talk to strangers" o "Caught in the middle": la música del videojuego es la típica musiquita inquietante y a la vez hipnótica de las consolas de 8 bits.

La verdad es que el juego no ha envejecido muy bien, y resulta un poco aburrido de jugar. Pero oye, ahí queda eso. Me lleno de orgullo al imaginarme a una generación de niños japoneses jugando en sus consolas con esta versión pixelada de Ronnie James Dio. Sí, lo se, se me contenta enseguida.

Si tienes curiosidad por echar un rato descendiendo al infierno con este juego, pasa por aquí y por aquí. Y recuerda, si no tienes el cartucho original, deberás borrar el rom pasados 24 horas... ¡Allá tú con tu conciencia!

Por cierto: los amantes de Dio estamos de enhorabuena. Está confirmado para el Kobetasonik.

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