Del grupo de Silverio pasamos a la banda de Fructuoso, que también es otro valor seguro en sus directos. Obús viven una segunda (o tercera, o cuarta) juventud. Superan alguna de las evidentes limitaciones acarreadas por la edad y transmiten una energía aplastante ayudados por un repertorio bastante consistente. Por el resto, lo que puedas esperar de un concierto de Obús: "Que te jodan", "Dinero, dinero", "Vamos muy bien", "Yo sólo lo hago en mi moto", "Va a estallar el Obús"... La principal pega es que sus shows acaban siendo repetitivos, sobre todo cuando les has visto unas cuantas veces en la misma gira. Espero que pronto cambien el set y renueven algunas canciones. Por ejemplo, "Dame amor", que ya me tiene saturado. Pero vamos, que si mañana volviesen a tocar, allí que volvería a estar. Porque es imposible no disfrutar con un Fortu haciendo el pino. ¡Que nos duren muchos años!
La anécdota del concierto la protagonizó un altavoz de los altavoces situados en la mitad del campo de fútbol que acogió el festival. Ese ampli empezó a arder y acabó "envuelto en llamas de heavy metal" ante el desconcierto de los técnicos, que intentaron apagarlo con dos botellas de agua y la ayuda de los espontáneos que ayudaban echando minis llenos de tierra. Finalmente llegó un extintor y la cosa no pasó a mayores.
De vez en cuando es un placer equivocarse. Lo digo porque yo iba al concierto de Stratovarius con mi pijama y mi almohadita, dispuesto a echarme una buena siesta, en vista de lo que me aburrí en su anterior gira. Pero cuál fue mi sorpresa al mirar el reloj y ver que en media hora de concierto ¡no había bostezado ni una sola vez! Y si mi boca se abrió a lo largo de su actuación fue de asombro, no de aburrimiento. En esta ocasión, los fineses jugaron sus fichas inmejorablemente. Se dejaron de piezas insulsas y nos arrojaron un repertorio que perfectamente podría ser el listado de un "Grandes éxitos". Timo Tolkki mostró un equilibrio entre su virtuosismo y la melodía de los temas, lejos de expresiones desmesuradas de ego. Y encima, Kotipelto sin estar particularmente brillante a la voz, se mostró comunicativo, cercano y sin caer en la pesadez. Le ayudó esta cercanía a Incluso le dio por emular a Elvis y cantarse un fragmento de "Can't help falling in love with you" antes de arrancarse con el baladón "Forever". ¡Si hasta me gustó el solo de batería! Pero claro, es que Jörg Michael es mucho Jörg Michael. Por apuntar algo negativo: en ocasiones la guitarra sonaba un poco baja. Pero vamos, dejar que eso amargase el recuerdo de este concierto sería ser demasiado puntilloso. Sobre todo, porque el set-list, como ya dije antes, fue de auténtico lujo:
- Hunting high and low
- Speed of light
- Paradise
- Against the wind
- 1,000,000 light years away
- Hold on to your dreams
- Twilight Symphony
- Solo Bajo
- The Kiss Of Judas
- Last night on Earth
- Will my soul ever rest in peace?
- Visions
- Father Time
- Forever
- Eagleheart
- Black Diamond
1 comentario:
jejeje, como te dije ayer... Silver es demasiado jebi con jota...
Obus son una pasada pero se empeñan demasido en demostrar que son "unos chavales" y con strato no paré.... como has dicho: fue un concierto de grandes éxitos... ni una chusta y el sonido tremendo...
nos vemos en helloween para ver si te equivocas también ;P ?
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