Tengo el feo vicio (o bonita costumbre, según se mire) de escuchar discos cuyo título me resulta gracioso, original, o que, simplemente me costumbre. Así que era cuestión de tiempo que le echase la oreja a La invasión del imperio ochomano, el álbum debut con el que los valencianos Ochorizo han entrado en mi vida.
Con semejante nombre y semejante título de disco, queda claro que se trata de unos cachondos. Musicalmente, a grandes rasgos, suenan a unos O'funkillo endurecidos, metalizados, pasados de rosca. Ellos mismos se etiquetan como freak metal, y la verdad es que freaks, son un rato. Porque La invasión del imperio ochomano es una experiencia caótica, imprevisible, con cambios de tercio musicales inesperados, y alternar homenajes a bandas como Rammstein o AC/DC con jotas aragonesas. Pero lo más importante es que es un disco divertido, con mucho sentido del humor, del que disfrutarás como aunque yo, no seas especialmente fan de bandas como O'funkillo o de otras del palo de Def Con Dos. En parte, gracias a una gran habilidad para componer estribillos efectivos y coreables. Y al resultado, como no, contribuyen unas letras delirantes, que mezclan elogios al chorizo, la cerveza y un amplio catálogo de paranoias y chorradas.
Servidor, que a priori no es muy fan de un palo como éste, he disfrutado y se ha divertido con este disco. El 22 de diciembre les tenemos por Madrid, concretamente en la sala Most Music, en Leganés. Yo ya me lo he apuntado en la agenda, porque sus conciertos prometen ser un desmadre pardo
ESCUCHANDO: Ochorizo - El afilador
martes, 20 de noviembre de 2007
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