1994: España no logra pasar de cuartos en el mundial de Estados Unidos. Sin embargo, los cuartos clasificados en la edición anterior del Villa de Madrid, una banda llamada Reina de Corazones, vencen este año en la sección rock del certamen, con su buen hacer y su excelente hard rock melódico. Por desgracia, las empresas discográficas no les sonrieron y prefirieron mirar a otro lado, y a otros estilos. Esta es la biografía de aquella reina destronada, de aquella Reina de Corazones.
Reina de Corazones decidieron participar por primera vez en el Villa de Madrid en 1993. “Pensamos que era una buena oportunidad para darnos a conocer y un buen aliciente para ensayar y salir de la rutina”, asegura el que fuera guitarrista de la banda, Jose de Castro. En aquel primer asalto lograron llegar al cuarto puesto y decidieron volver a probar suerte al año siguiente. “Ese año de ser finalistas fue una inyección de moral tremenda.” –rememora el cantante del grupo, Ignacio Prieto– “Es como que de repente sientes de nuevo otra vez una ilusión, unas ganas y entonces te centras, te metes en el local…”. Jose confiesa que el grupo no esperaba ganar en su segundo intento: “En realidad pensábamos que sería contraproducente volver a presentarnos, ya que un grupo que llega un año a la final y no gana, ya estaría quemado de cara al jurado”. Y así, Reina de Corazones se hizo con el Villa de Madrid de 1994. “Son momentos en los que realmente es una sensación enorme, te llena,” –revive Ignacio al recordar aquella victoria– “y quizá justamente por eso no lo aprecias al cien por cien, lo tienes que apreciar después. Porque en el momento son tales los nervios que tienes conforme van dando las votaciones y cuando dicen que eres tú, que en parte dices: ‘¿Ya?, ¿Yo?, ¿Qué?’. Y tienes que salir a recoger el trofeo. Sales y hay gente, están ahí tus familiares, tus amigos, algunos seguidores que estaban gritando: ‘¡Reina, Reina!’... Luego bajas, ya hablas con la gente, tienes el trofeo en tus manos… Pero no lo aprecias hasta que ya lo puedes meditar un poco y decir: ‘Es verdad, he ganado’, y notar la alegría tremenda que te da. Pero en el momento la sensación es más de sorpresa que otra cosa”. Aparte, de Castro también destaca la satisfacción moral que supuso la victoria: “Tuvimos la sensación de que lo que hacíamos valía la pena y eso es muy positivo para un grupo. A nivel personal me siento muy orgulloso de ese premio y siempre estará en mi currículum como una de las cosas más importantes que he hecho. Éramos muy jóvenes y esas cosas marcan”.
Sin embargo, la historia posterior al triunfo en el Villa de Madrid traería una serie de desengaños para Reina de Corazones. En palabras del vocalista “cuando quedamos finalistas en el año 93, que abrimos los ojos y dijimos ‘aquí puede haber algo’ nos resultó más útil que el haber ganado. Cuando ganas es como que piensas que se te abren las puertas y es cuando justamente ves que a los cinco días te las cierran diciéndote que no te van a promocionar”. “Ese año –continúa explicando Ignacio– otros chavales de Zaragoza, buenísimos, Crisis, quedaron segundos y la anécdota fue que parte del premio [del Villa de Madrid] era que Coca-Cola organizaba una gira de locales. Pues Coca-Cola nos vetó a los dos, porque hacíamos una música que Coca-Cola no estaba dispuesta a promocionar en España. Así de simple, hacíamos rock duro, que tampoco era especialmente duro, éramos dos grupos de rock melódico. Pues pese a ser primeros y segundos, la gira la hicieron el tercero y el cuarto.” Aún así, Jose señala la parte positiva: “Hicimos un mini EP y muchos conciertos. Tuvimos algún contrato discográfico en nuestra mano e hicimos algunos programas de televisión y radio.” El cantante detalla cómo se frustró la oportunidad de ese contrato discográfico: “Estuvimos un año y pico parados de conciertos, porque estuvimos trabajando, llevando temas a una gente que tenían pensados promocionarnos en un circuito más amplio. Justamente sacarnos del circuito al que nosotros pertenecíamos para meternos en un circuito más amplio. Nosotros no lo veíamos muy claro, porque un pez fuera del agua es muy difícil que sobreviva. Y teniendo en cuenta que en España nunca se ha promocionado el rock duro… Pero bueno, estuvimos un año y pico, y todo fueron excusas. Yo no les echo la culpa de nada, es así como funciona el sistema. Encima coincidimos con cuando salieron Ella Baila Sola y otra serie de bandas. Ellos iban presentando nuestras maquetas a las compañías, pero les decían que querían bandas de chicas, bandas como Take That, lo que hubiese en ese momento. El mercado funciona así: si hay algo que tiene éxito, todas las compañías van a eso, se cierran en banda y se acabó promocionar otro tipo de grupos. Y estuvieron un año así, diciendo ‘les hemos presentado lo vuestro, que les suena bien, que quizá en otro momento hubiera posibilidad de hacer algo. Pero ahora, esto justamente que les estamos intentando vender, cuatro músicos y haciendo vuestro estilo de música no se ve claro que vaya a funcionar’. Así estuvimos un año y pico hasta que nos cansamos”. Y así, tras grabar dos maquetas más y un disco compartido con el resto de ganadores ex aequo del festival de rock de Fuenlabrada de 1996, Reina de Corazones llegó al final de su trayectoria. Tal y como sostiene el guitarrista, “hubo un momento en el que cada uno de nosotros teníamos unos objetivos musicales muy diferentes y decidimos seguir caminos distintos”. Prieto coincide en parte con él, aunque también culpa a la frustración: “Además, es que no veíamos ningún futuro, creíamos que era mejor olvidar esta historia y seguir adelante con otras historias musicales”.
La llama de Reina de corazones sigue ardiendo en distintas bandas. Ignacio Prieto ha pasado por grupos como Eden Lost o La Selva y actualmente es el vocalista de Atlas, donde participan también músicos procedentes de formaciones como Barón Rojo o Niágara. El guitarrista Jose de Castro ha producido a artistas como Melendi, y está a punto de editar el cuarto de sus elogiados discos en solitario, en los que hace “lo que me apetece en cada momento” y mezcla “los estilos musicales que más me gustan”. Por su parte, el batería Antonio Alcoba forma parte desde 1998 de Beethoven R, banda de la que es miembro fundador.
Texto incluido en el libro "30 años del Villa 1978-2008"
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