lunes, 24 de noviembre de 2008

Con Blind Guardian en Budapest

Blind Guardian están a punto de entrar en un club muy selecto. En un club del que sólo forman parte músicos como Slash o Zack de la Rocha y bandas como Journey: la elite de artistas de rock que aparecen en un videojuego. La banda alemana se ha implicado de manera muy especial en Sacred 2: Fallen Angel, un juego para PC y XBOX360. El grupo de Hansi Kürsch no sólo tiene una intervención estelar en el videojuego, sino que además aporta una canción inédita a su banda sonora. Y ROCKSTAR MAGAZINE ha sido un testigo de excepción del making off de esta nueva incursión de los Bardos. Servidor de ustedes, Paco Segado, viajó hasta Hungría y a Alemania para ofrecerte los datos más relevantes y las anécdotas más divertidas de esta aventura.


Sacred 2: Fallen Angel es un juego de rol con elementos de acción que cuenta con una misión realmente curiosa: ayudar a las versiones informatizadas de Andre Olbrich, Hansi Kürsch, Marcus Siepen y Frederik Ehmke, es decir, de los cuatro músicos que forman actualmente Blind Guardian. El jugador deberá ayudarles a encontrar las versiones “épicas” de sus respectivos instrumentos. ¿Cuál es la recompensa de esta misión? Que los cuatro Bardos informatizados interpretan una canción grabada en exclusiva para el videojuego. Para hacer más realista esta aparición, Blind Guardian al completo se trasladó a Budapest para una sesión de captura de movimientos. Y allí fuimos nosotros, hasta una nave industrial a apenas unos metros del Danubio –más gris que azul durante nuestra visita- que hizo las veces de plató.


Este peculiar rodaje se alargó durante doce horas, aproximadamente, repartidas en dos días. Para que pudieran digitalizarse todos los movimientos, los miembros de Blind Guardian tuvieron que enfundarse unos trajes ceñidos de algo como el neopreno, que llevaban pegadas con unas marcas metálicas a modo de sensores. Éstas servían de referencia para rastrear el movimiento con una cámara de vídeo que a su vez enviaba la información a un ordenador. El atuendo, para ser sinceros, más que futurista, parecía grotesco, pero los cuatro músicos alemanes se lo tomaron con bastante sentido del humor. Así, por ejemplo, Hansi exhibió su devoción por la saga de Star Wars cuando se dedicó a imitar a un morador de las arenas con el palo que simulaba ser su pie de micro.


"I'm a tusken raider", vociferaba Hansi


Y es que, para que las cámaras pudiesen captar toda la información, los cuatro músicos no pudieron utilizar sus instrumentos habituales porque estos hubieran tapado las marcas metálicas que servían de referencia. al sistema informático. Tuvieron que sustituir los instrumentos por, literalmente, dos o tres palos. Por eso, pudimos ver la simpática estampa de Andre Olbrich dándolo todo como si estuviese sobre el escenario, pero empuñando, en lugar de una guitarra eléctrica, tres palos atados. La grabación de las imágenes tenía que detenerse cada 30 segundos para que el ordenador recalibrase los sensores del traje. Además, según nos explicó una de las encargadas de la motion capture, estos sensores son muy sensibles, y un simple destello o un mal reflejo podría provocar un error en la recepción de las imágenes. Por ello, cada 30 segundos los técnicos revisaban las tomas para comprobar que todo había quedado correctamente, y si no se había producido ningún fallo, se continuaba con la siguiente. Esta manera de trabajar le resultó especialmente complicada al batería de los alemanes. Frederik Ehmke nos confesaba que al tener que parar cada treinta segundos, le costaba mantener el ritmo de la canción y tenía que concentrarse para no equivocarse con los breaks y poder reconstruir mentalmente la estructura del tema. Además, el percusionista también nos comentó que le resultaba muy extraño tener que tocar con la imitación de una batería reducida a su mínima expresión (sólo tres o cuatro cajas) al estar acostumbrado a tocar con un set de decenas de elementos.

Mientras observábamos a los diferentes miembros de Blind Guardian tocar sus instrumentos de juguete, los compañeros de la prensa de videojuegos que también asistieron a esta motion capture me señalaban boquiabiertos la pasión con la que Andre y Marcus agitaban sus cabezas al son de la música. “¡Qué manera de hacer headbangin’!” me exclamaban asombrados nuestros colegas, antes de reflexionar: “se nota que de verdad les apasiona su música”.


Precisamente Marcus protagonizó otra de las anécdotas de la sesión de “motion capture”. Los trajes para captura de movimiento se complementaban con una cinta para el pelo que también incluía unos sensores para detectar el movimiento de la cabeza. En pleno solo de guitarra y enferverocido headbangin, la cinta del guitarrista salió despedida. En ese momento, todos corrimos a ver cómo la versión digital del guitarrista lanzaba su cabeza al infinito. Alguien le sugirió a Marcus y a los diseñadores del juego que deberían incluir ese gesto en algún momento de Sacred 2: Fallen Angel. Aunque, la verdad, los responsables del videojuego no parecían muy por la labor.



La captura de imágenes fue individual, músico tras músico. Mientras uno de ellos quedaba inmortalizado para el videojuego, el resto atendían a la prensa o simplemente charlaba con nosotros amistosamente. Así pudimos descubrir las ganas que Andre Olbrich tenía de tocar en Bilbao para poder ver también a Kiss y recordar con él su memorable paso por España junto a Iced Earth en 1998. También charlamos distendidamente con Hansi. Empezamos hablando de El Mundo de Wayne cuando alguien le comentó que “no somos dignos” y acabamos divagando sobre las conexiones entre el country y el rock duro, usando como ejemplo la canción de Deep Purple “Anyone’s daughter”. De hecho, Kürsch incluso nos reveló que una de sus bandas contemporáneas preferidas es Dixie Chicks.


Fragmento de la "motion capture" de Andre Olbrich:





El resultado previo de una "motion" capture:



La sesión de captura de movimientos de Marcus Siepen:




Sin embargo parece que esta pasión de Hansi por el country no ha influido excesivamente a la banda. Porque, aparte de ver a Blind Guardian embutidos cual morcilla de Burgos en sus trajes de neopreno, asistir a la captura de imágenes también nos permitió escuchar, en exclusiva, la canción que por el momento constituye el último trabajo de los Bardos: “Sacred”. Y, la verdad, es que la impresión que me dejó esa breve escucha, es que nos encontramos ante el mejor material que la banda alemana ha grabado en mucho tiempo. En esta canción parece que los germanos regresan a sus registros más épicos, más directos. Además han compuesto un estribillo extremadamente pegadizo, con un gran trabajo de guitarras. Desde el punto de vista musical, “Sacred” es un aperitivo excelente que me ha dejado con ganas de escuchar qué nos tienen preparados los germanos en futuros lanzamientos.


La implicación de Blind Guardian en este proyecto llega al punto de que ellos mismos hicieron sus propias sugerencias para los atuendos con los que aparecen en Sacred 2, así como las propuestas para que sus instrumentos pareciesen más propios de un mundo de fantasía. Finalmente los artistas encargados del diseño gráfico de este juego, les hicieron llegar varias propuestas entre las que ellos eligieron sus trajes preferidos. La apariencia de los músicos en el juego se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. Para hacernos una idea, cada una de las versiones infográficas de los Bardos está compuesta por más de diez mil polígonos y tres texturas: una para el cuerpo, otra para los brazos, y otra para la cara. Por lo que pudimos ver en las demostraciones en las oficinas de Ascaron, los creadores de Sacred 2, han conseguido un realismo realmente espectacular.


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Durante toda la semana iré publicando sucesivamente el reportaje que hice con Blind Guardian con motivo de su participación en el videojuego Sacred 2. Al final de la semana publicaré también una galería con las imágenes más curiosas de todo el evento.

3 comentarios:

Samu dijo...

meeeeeeeeeeeeeeeeeeeetaaaaaaaaaal!!!

Samu dijo...

Muy bueno, compañero... una pena que no viese la luz en papel...
si; tal vez en digital lo lea más gente, pero si un trabajo está enfocado para la versiñon impresa...

sabes a qué me refiero.
:)

Paco Segado dijo...

¡Me alegro de que te haya gustado!

Y sí, sé a lo que te refieres :)