domingo, 8 de julio de 2007

Iron Maiden - A matter of life and death (2006)


Pues sí. Aunque sólo hace un año que se editó, para mi este disco ya es un todo un clásico imprescindible.

Desde que Bruce Dickinson volvió a Iron Maiden, la Doncella no hace más que regalarme alegrías. Me encantó Brave New World (2000) y cuando escuché aquel Dance of Death (2003) pensé que era lo mejor que Steve Harris había grabado desde el glorioso Seventh son of a seventh son (1988). Así, me enfrenté a escuchar este A matter of life and death con una mezcla de expectativa, euforia y también bastante miedo a la decepción.

Mentiría si dijese que es un disco de fácil escucha. Es uno de esos cd's que tardan en entrar. Las composiciones no son directas y, sobre todo, el ambiente es oscuro (en ese sentido recuerda a la atmósfera de The X Factor, otro de mis preferidos de la Doncella que ya reivindicaré algún día). Todo esto, en un momento en que cualquier persona con una conexión a Internet dispone de la posibilidad de escuchar más música de la hubieramos soñado cualquiera de la generación que ampliabamos nuestra "discoteca" intercambiando cintas TDK y nos cuesta -al menos a mi- dar más de una oportunidad a los discos que llegan a nuestros oídos.

Pero merece la pena invertir el (no tan exagerado) esfuerzo que hay que hacer para acostumbrarse a los entresijos de este album. Si bien la primera o la segunda escucha puede dejarte un poco frío, a la tercera tu opinión empieza a cambiar. A partir de ahí este disco te recompensa ofreciendote nuevos detalles en cada reescucha. Cada vez que emprendes este viaje por la "Cuestión de vida o muerte" encuentras nuevos destellos de brillantez.

Por ejemplo, Bruce Dickinson canta mejor que nunca. O al menos, por temor a pecar de exagerado, canta mejor que nunca desde que está "madurando". No alcanza los tonos agudos que le hicieron ser merecedor del apodo "Sirena Antiáerea Humana", pero entona mejor, domina sus recursos y, sobre todo, interpreta las letras de las canciones, comunicando al feliz oyente las sensaciones y emociones de cada tema en cuestión. Por ejemplo, en temas como "Brighter than a thousand suns" sobrecoge, en "The Longest day" hace que te sientas participando en el Desembarco de Normandía y te embarga con la melancolía y la épica de "These colors don't run". Y es que A matter of life and death es uno de los discos de Maiden que más carga emotiva son capaces de transmitir.

Un disco redondo, donde todas las composiciones encajan a la perfección desde el comienzo arrollador con "Different world", un tema de arranque enérgico y optimista a lo "Wildest dreams". El broche final de esta obra maestra es "The legacy", con una introducción y una coda donde las guitarras acústicas y la voz de Dickinson se alternan creando un efecto hipnótico inolvidable.

Por si fuera poco, la producción de Kevin "Cavernícola" Sherley es apabullante. Las guitarras suenan profundas, la batería de Nicko McBrain atruena con contundencia y el bajo de Steve Harris tiene un cuerpo y una presencia realmente increíbles.

En definitiva, con A matter of life and death Iron Maiden dan una lección de cómo debe madurar una banda de rock y estilo de música.

1 comentario:

Samu dijo...

¡¡¡ Cabron!!!
qué callado te tenías este rinconcito!!!!

MUY MUY MUY MUY BUEN BLOG TÍO!!!!!!

En cuanto me digas, te linko!