Todo empezó cuando el ex Beatle anunció que iba a dar un concierto en Israel para celebrar los 60 años de la creación de este estado. Entonces, un líder religioso musulmán le advirtió públicamente de que no estaría a salvo de los suicidas para castigar su apoyo a un Estado que oprime a los palestinos. Pese a que McCartney dijo que esas amenazas no influirían en su decisión, contó con el apoyo del Loco de Detroit, quien hizo público un comunicado en el que, aparte de presumir de sus 30 años de entrenamiento con diferentes fuerzas del orden, aseguraba:
"A pesar de que Paul y yo tenemos obvias diferencias fuera de la música en cuanto a aspectos sociales, culturales y culinarios, no cederé ante las amenazas de fanáticos religioso y Paul debería hacer lo mismo. (...) Será un placer para mí mantener a esta leyenda de la música a salvo de locos y terroristas y después, comprarle una buena cena a base de tofu. (...) Soy Harry el Sucio con coleta, y estoy al servicio de Paul"
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